miércoles, 16 de mayo de 2012

Gray room

Wallace Stevens Aunque te sientes en una habitación que es gris, excepto por el brillo plateado del papel de arroz, y juguetees con tu pálido vestido blanco, o levantes una de las cuentas verdes de tu collar para dejarla caer, o contemples tu abanico verde dibujado con las ramas rojas de un sauce rojo, o, con un dedo, muevas la hoja en el cuenco -la hoja que ha caído de las ramas de la forsythia junto a ti...- ¿qué es todo esto? Yo sé cómo late furiosamente tu corazón.

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