viernes, 27 de diciembre de 2019

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NYC, septiembre 2019
"Estas botas están hechas para caminar"

viernes, 20 de diciembre de 2019

Joyce Carol Oates


DOS POEMAS 

Anécdota de amor


Mientras se enamora, él le extrae los secretos
de su “vida anterior”.

Mientras le extrae los secretos de su “vida anterior”,
él se enamora.

Es salvaje, embriagador y ácido, vertiginoso. Es un interrogatorio.
Le dice, contame. Por favor, contame.
No dudes. No tengas vergüenza. Es humano, dice.
Le ruega: no es por avidez mía, te define.
No mientas.

Él es dedicado. Es insaciable.
Su sombra se extiende desde sus pies, henchida y generosa,
hacia ella. Pero seguro te olvidás de algo, le dice.
Primera desaprobación, la hoja del cuchillo, entre las cejas perfectas,
esa no puede ser toda la historia, dice.
No convence. Casi ni es una anécdota.

Él es tierno, es el ala lustrosa de un avión enorme,
es el olvido, todo hambre, sed inextinguible, abnegación.
Hay más, dice con calma, vos no me estás diciendo toda
la verdad, me estás mintiendo, dice, ¿no sabés que
nada que descubra me va a hacer enojar?

Mientras drena su “vida anterior”, el amor de él disminuye.
Pronto va a ser camaradería, después hermandad.
Y después no va a ser nada.

Sin embargo, esta noche está feroz de amor, y con ganas de
rogarle. Te olvidaste bastante, dice, por favor no me mientas,
dice, qué es, le pregunta.
Él siempre pregunta.



Fotos viejas

En estas fotos viejas el domingo siempre resplandece.
Si es Navidad, tu padre se apura a esconder
el árbol abajo de la escalera del sótano.
Los bigotes del abuelo pasan cerca, raspando como virulana.
El tío come con la boca húmedamente abierta y los dientes
demasiado grandes. Y hay susurros que no alcanzás a oír.
Plegarias para los muertos que no se hicieron para registrarse.

(Cuando éramos chicos, decís. Si fuimos chicos).

En estos documentos reside tu estrategia de no acordarte de nada.
Esas mandíbulas de masticar lento, esas crisálidas de globos.
"Fenómenos de la vida".

(Las fotos te muestran puro rulos, hoyuelos y ojos escondidos.
Es siempre mediodía y hay una marea de luz.
Vos estás siempre encandilada y sonriente).

Mirá —hay criaturas que salen nadando, perezosas,
de los rincones oscuros de la habitación. Se levantan del barro.
Hay bigotes paternalistas que se proyectan, ásperos, bajo los labios y
ojos de peltre que parecen hacer un guiño,
pero no.

Un bioquímico sueco dice que el deseo de su vida es
conocer la vida. Como en "Fenómenos de la vida".

En estas fotos viejas no hay explicaciones
ni subtítulos. No hay palabras.
Se los sorprendía en silencio, y por lo general sonriendo,
a los muertos queridos.

Cuando éramos chicos.

sábado, 14 de diciembre de 2019

Cenicientas

Beatriz Actis 

Cenicienta piensa en otra cosa

  El problema de Cenicienta es su grandísima distracción.
  Pierde el plumero, pierde el trapo de piso, pierde la escoba.
  En realidad, esto sucede porque ella piensa que: el trapo es la alfombra mágica de Aladino;  la escoba, un trasporte de bruja como la de Hansel y Gretel o La Bella Durmiente; el plumero, una palmera encantada a la que se trepa para encontrar a la gallina de los huevos de oro...
  Y, tan atrapada está por su propia distracción, que no solo extravía los elementos de limpieza (el trapo-alfombra termina, por ejemplo, entre los techos, junto a la escoba que cree voladora) sino que se siente casi todo el tiempo fuera de la realidad, dentro de un cuento de hadas.
  Sin embargo, su distracción ─que su madrastra y sus hermanastras consideran un terrible defecto─ es la que la hace liberarse del maltrato al que la someten en su casa.
  Como todos sabemos, el príncipe da una fiesta en su palacio. Allí espera encontrar a una buena muchacha y convencerla para que sea su esposa.
  La Madrina de Cenicienta le consigue un traje hermoso y un carruaje ágil para asistir a la fiesta.
  Ella y él bailan toda la noche.
  A las doce, y siempre por su eterna distracción, Cenicienta parte del palacio y deja olvidado ”algo”.
   Esta vez no es en el techo sino en las escaleras…



El zapato abandonado

El zapato abandonado se lamenta
─es solo un instante─
y piensa
            allí, tendido en la escalera
que podría haber escapado
junto a su compañero
por los jardines del palacio
hacia la carroza
antes de que lo atrape la mano del príncipe.

Otro hubiera sido el cuento.



lunes, 2 de diciembre de 2019

Primavera oculta


Viernes 4 de octubre, seis de la tarde, frío en primavera
Vuelan los vasos livianos en el aire
una vez que se vaciaron de agua y de café
Me quedo sola en la mesa con la bandeja del autoservicio
sin poder alcanzar los vasos que se alejan demasiado entre la gente
La peatonal por la tarde no es solo impersonal sino tan triste
a pesar de que octubre se revela en las flores desordenadas de los árboles
que son como esos círculos de color que a veces hago en la agenda
para resaltar lo importante


                                                                                                               Beatriz Actis