¿Oís el río, Okusai? No está lejos.
Tiene el sonido ambiguo de la vida.
Son como cascotitos limpiándose
con la corriente, algo múltiple.
Prestá atención. Detrás del ruido
se ve el nacimiento rudo de las cosas,
eso íntimo, desesperado, casi, casi
enorme en su notoria nimiedad.
¿Oís, Okusai? ¿Ves? No necesito
que me pongas esa cara de tintorero
feliz. Dejate ir nomás, un poco.
¿O vinimos nada más que para esto?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
Piratas Dichosamente Felices Beatriz Actis Atardece en la Isla del Supuesto Tesoro. Guacamayos reposan sobre árboles de frutos tropicales. ...
-
Lo que costó que me llamaran Micaela Beatriz Actis Me acuerdo bien de la mañana en que el campito empezó a desaparecer. Cómo no...
-
Propuestas para el aula a partir de CUANDO SE VA EL VERANO (Novela para jóvenes) Cuando se va el verano - Textos reCreados en la ...