miércoles, 9 de septiembre de 2015

Poeta invitado: Daniel Rafalovich



Bajo el laurel del patio
Daniel Rafalovich

Bajo el laurel del patio
en la tarde calurosa
mirando los últimos gorriones
que se posan en los cables, las abejas que inspeccionan el malvón
y el árbol de pomelo.
 Mi perro, jadeante, echado a mis pies
  agradecido por la leve brisa que permite respirar
cuando baja el sol. Con la pequeña selva enmarañada a mis espaldas.
  Olvidado del mundo y de la gente, estoy.
  Tratando de aprender o recordar viejas lecciones.
  Limpiando de polvo y telarañas oxidados circuitos.
Un gato se acicala
     sobre una vieja estructura de metal herrumbrado.
  Un rincón de silencio sólo para mí.
   No puedo detenerme en lo poco o mucho que he perdido
ni conjeturar  sobre futuros
ni rutinas ni bonanzas ni miserias.
  Prefiero quedarme aquí mirando el extraño color que toman las cosas
con la última luz de la tarde.
    Recordarme
y no ser olvidado.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Tiempo



Tiempo
 Beatriz Actis

La alumna ha escrito de memoria:
las restricciones del universo.
Coligo, corrijo,
debe escribir: las restricciones del universo del discurso.
Pero a nadie le importa.
Cuáles son las restricciones del universo.
La ley de gravedad.
¿Y no solo en el planeta?
El tiempo que es, sabemos, relativo.
Leo una nota de divulgación
sobre la física cuántica.
Las cosas aquí no son lo que parecen.

Otro eterno minuto
basta para comprobar
cómo se nos pierde el tiempo.

II

Pienso también en el verano y en damascos
mojados
(mañanas de calor y de desidia
en los patios y en callejas de tierra
días condenados a desaparecer
cuando ninguna posibilidad de futuro
era extranjera)

III

Pienso en la trampa
momentánea
de la identidad

cuando despierto
y no me siento real 

(alguien ha entrado en mi cuarto
  de hotel
 y cambió las cerraduras)


IV
 
...Y en esos días,
cuando ya no queda otra esperanza
y no aparece ningún ángel,
noto con una tristeza acorde
que en cuanto al juego de las lágrimas,
    se ha pronunciado largamente el tiempo

¿será porque atardece?