miércoles, 25 de septiembre de 2013

Batallas hubo (Álvaro Mutis)



 Álvaro Mutis 
“Batallas hubo”

I
Casi al amanecer, el mar morado,
llanto de las adormideras, roca viva,
pasto a las luces del alba,
triste sábana que recoge entre asombros
la mugre del mundo.
Casi al amanecer, en playas pizarra
y agudos caracoles y cortantes corolas,
batallas hubo, grandes guerras mudas
dejaron sus huellas.
Se trataba, por fin,
del amor y sus hirientes hojas,
nada nuevo.
Batallas hubo a orillas del mar
que rebota ciego y desordenado,
como un reptil preso en los cristales del alba.
Cenizas del amor en los altares del mundo,
nada nuevo.


II

De nada vale esforzarse en tan viejas hazañas,
ni alzar el gozo hasta las más altas cimas de la ola,
ni vigilar los signos que anuncian la muda invasión
nocturna y sideral que reina sobre las extensiones.
De nada vale.
Todo torna a su sitio usado y pobre
y un silencio juicioso se extiende, polvoso y denso,
sobre cada cosa, sobre cada impulso
que viene a morir contra la cerrada coraza de los días.
Las tempestades vencidas, los agitados viajes,
sólo al olvido acuden, en su hastiado dominio
se precipitan y preparan nuevas incursiones
contra la vieja piel del hombre
que espera a su fin
como pastor de piedra ingenua y a ciegas.

III

Y hay también el tiempo que rueda interminable,
persistente, usando y cambiando,
como piedra que cae o carreta que se desboca.
El tiempo, muchacha, que te esconde en su pecho
con tus manos seguras y tu melena de legionaria
y algo de tu piel que permanece;
el tiempo, en fin, con sus armas ocultas.
Nada nuevo.



viernes, 20 de septiembre de 2013

Juan Gelman



La extranjera no sabe 
que mi sangre es su casa, que 
todo pájaro suyo 
sólo ahí puede cantar y abrir 
alas de su verano y se alza 
como una sed de mundo 
que no se puede apagar. 
El pájaro encendido cuida 
los huecos de la pérdida como 
joyas que fueron sin remedio …” 

(Juan Gelman - “La extranjera")

viernes, 6 de septiembre de 2013

Salvación

SALVACIÓN - Alejandra Pizarnik

Se fuga la isla 
Y la muchacha vuelve a escalar el viento 
y a descubrir la muerte del pájaro profeta 
Ahora 
es el fuego sometido 
Ahora 
es la carne 
la hoja 
la piedra 
perdidos en la fuente del tormento 
como el navegante en el horror de la civilización 
que purifica la caída de la noche 
Ahora 
la muchacha halla la máscara del infinito 
y rompe el muro de la poesía.