martes, 30 de julio de 2019

Poema de Chantal Maillard


Anduve por el dorso de tu mano, confiada...

Anduve por el dorso de tu mano, confiada,
como quien anda en las colinas
seguro de que el viento existe,
de que la tierra es firme,
de la repetición eterna de las cosas.
Mas de repente tembló el universo:
llevaste la mano a tus labios
y bostezando abriste la noche
como una gruta cálida.

Llevabas diez mil siglos despertando
y el fuego ardía impaciente en tu boca.

                                                                                       


 

2 comentarios:

  1. Cuando a lo obvio se añade el sentimiento "llevaste la mano a tus labios.." empieza a nacer la inquietud. Muy bello.

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