jueves, 14 de marzo de 2013

Poema de C.K.Williams



Un año, verano otra vez, 
calor, la ventana abierta 
el patio en el que
durante una buena media hora
un oboe ha estado
practicando escalas. Por encima de
una maraña de voces,
de un estruendo de cacerolas, del taladro
de un fontanero cada vez
más excitado,
va y viene,
testarudo, paciente,
e implacable,
su tiempo nunca
vacila, siempre
resueltamente concentrado
en la escala hacia arriba,
la escala hacia abajo,
avanza como el mundo
avanza, y la belleza,
y la pasión que provoca.
En gran parte conocerte
fue entender esto, entender
que nuestra redención,
si existe algo así,
reside en la certeza
de que siempre en algún lugar
un pintor mezcla
sus colores, un poeta recita
y un simple oboe
repite disciplinadamente
su lección, una y
otra vez, escalando
y descendiendo con calma
la escalera que el mismo
despliega.

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