lunes, 21 de septiembre de 2009

Una de piratas


Piratas Dichosamente Felices
Beatriz Actis
Atardece en la Isla del Supuesto Tesoro. Guacamayos reposan sobre árboles de frutos tropicales. La voz de Intrépido Pirata Buscador de Tesoros suena desesperada. Pala en mano, aúlla:
- ¡¿Adónde estás, Bastardo Empedernido?!
Bastardo es su fiel compañero, Pirata Empedernido Iniciador de Rencillas y Pleitos.
- ¡Acá, peleando con la palmera que ataca! –responde Bastardo, que blande la espada frente a una lluvia de cocos que avanzan como proyectiles.
- ¡Ven y ayúdame a excavar en El Lugar Señalado!
- ¿En El Lugar Señalado por El Viejo Mapa?
- Sí, en El Lugar Señalado por El Viejo Mapa robado al Pirata Audaz y Distraído que lo dejó olvidado.
- ¿Olvidado en La Cantina de Los Mares Calientes, en El Puerto Corsario, capital de La República de los Filibusteros?
- Sí, El Viejo Mapa que señala el Tesoro que nos hará Piratas Dichosamente Felices.
- Cavemos.
- Sí, en el pozo cabemos.
Intrépido Pirata y Bastardo Empedernido cavan toda la noche, alumbrados por la luz de la luna. El amanecer descubre la superficie del cofre. Rompen el candado y levantan la tapa que oculta el Tesoro.
En el cofre hay, a saber: bolitas secas de paraíso, una gomera, un trozo de una pata de palo (posiblemente la izquierda), el parche de un ojo, una llave oxidada, tapitas de gaseosa, tres pilas viejas, una birome que no anda, botones de distinto color y tamaño, boletos de colectivo (ninguno capicúa) y un frasco de mayonesa (vacío).
Intrépido Pirata se agarra la cabeza:
- ¡Tenía que ser obra de Pirata Audaz y Distraído!
Y arremete con furia, levantando el gancho que lleva por puño:
- ¡Navegaré por los mares en busca del Mapa de la Isla del Verdadero Tesoro, que andá saber adónde dejó olvidado so infeliz!
Bastardo Empedernido pregunta:
- ¿Puedo quedarme con la gomera?
Y, sin esperar respuesta, comienza a tirarles a los guacamayos con las tapitas de gaseosa y las bolitas de paraíso secas.
Los guacamayos vuelan, espantados, en dirección a la Isla del Verdadero Tesoro.
Pero los Piratas Indignamente Engañados no lo comprenden siquiera.

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