Haz pasar de largo a la nave y, derritiendo cera agradable como la miel, unta los oídos de tus compañeros para que ninguno de ellos las escuche. En cambio, tú, si quieres oírlas, haz que te amarren de pies y manos, firme junto al mástil, y si suplicas a tus compañeros o les ordenas que te desaten, que ellos te sujeten todavía con más cuerdas (las advertencias de Circe para Ulises)
miércoles, 14 de diciembre de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Propuestas para el aula a partir de CUANDO SE VA EL VERANO (Novela para jóvenes) Cuando se va el verano - Textos reCreados en la ...
-
Animal de luz - Pablo Neruda Soy en este sin fin sin soledad un animal de luz acorralado por sus errores y por su follaje: ancha es la ...
-
Lo que costó que me llamaran Micaela Beatriz Actis Me acuerdo bien de la mañana en que el campito empezó a desaparecer. Cómo no...
No hay comentarios:
Publicar un comentario