sábado, 26 de febrero de 2011

Olga Orozco

Mujer en su ventana

Ella está sumergida en su ventana
contemplando las brasas del anochecer, posible todavía.
Todo fue consumado en su destino, definitivamente inalterable desde ahora
como el mar en un cuadro,
y sin embargo el cielo continúa pasando con sus angelicales procesiones.
Ningún pato salvaje interrumpió su vuelo hacia el oeste;
allá lejos seguirán floreciendo los ciruelos, blancos, como si nada,
y alguien en cualquier parte levantará su casa
sobre el polvo y el humo de otra casa.
Inhóspito este mundo.
Áspero este lugar de nunca más.
Por una fisura del corazón sale un pájaro negro y es la noche
-¿o acaso será un dios que cae agonizando sobre el mundo?-,
pero nadie lo ha visto, nadie sabe,
ni el que se va creyendo que de los lazos rotos nacen preciosas alas,
los instantáneos nudos del azar, la inmortal aventura,
aunque cada pisada clausure con un sello todos los paraísos prometidos.
Ella oyó en cada paso la condena.
Y ahora ya no es más que una remota, inmóvil mujer en su ventana,
la simple arquitectura de la sombra asilada en su piel,
como si alguna vez una frontera, un muro, un silencio, un adiós
hubieran sido el verdadero límite,
el abismo final entre un hombre y una mujer.

4 comentarios:

  1. El poema es hermoso, Bety, gracias por compartirlo. Cris

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  2. MARÍA TERESA PEROTTI27 de febrero de 2011, 19:48

    BELLÍSIMO BEATRIZ, "POR UNA FISURA DEL CORAZÓN SALEUN PÁJARO NEGRO", GENIALES LAS IMÁGENES Y METÁFORAS, GRACIAS POR COMPARTIRLO

    M TERESA

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  3. En la vida tuve dos veces esas sensaciones tan bien expresadas por esta sensible mujer, cuando se fueron mis padres,la único inmóvil es la muerte

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  4. Como dice johnny cash..lo unico real es el dolor...
    todos somos importantes...pero nadie imprescindible

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