Dos poemas de Elena Anníbali
Ahora
que terminó el verano, aquí no queda nadie
los galgos finísimos, los sabuesos de
mandíbulas poderosas,
un dálmata pequeño y angustiado
quedaron sin dueño aparente
recorren las avenidas en grupos, entran
a los
parques solitarios
a beber el agua pesada y mustia de las
piletas de natación
a pesar que el río es ancho y dulce, y
está cerca
de todos
hubo una época portentosa de lluvias:
el
agua desbordaba el cauce, y
dejaba, en los márgenes,
pejerreyes plateados, dos o tres
madrecitas
y las mojarras, del color del cieno
que brillaban con el sol generoso
emanando ese olor a muerte
todo
está vacío, ahora, lleno
del aire, de la sombra del aire
que roza las columnas de las galerías,
el vidrio atónito de los gimnasios de
las casas de veraneo
los rosales podados
cuando
es de noche, siempre, se encienden
las
lámparas solares
y pensamos en la tierna dicha de las mariposas nocturnas
volando en torno a la luz
celebrando a su pequeña, artificiosa
divinidad
LA SOSPECHA
hace un tiempo aquí hubo caballos,
los mensuales cruzaban, por la ruta,
cargando la carne dorada
de las perdices,
las adolescentes escribíamos, con trozos de velas,
mensajes pornográficos en los vidrios de la gruta
de santa rosa de lima
ahora manejo por la 36 y sólo se escucha
el frufrú de la soja
los aviones cargados de roundoup
que se desplazan con un sonido antiguo de dirigible
emanando una neblina tornasol que arrastra
el mismo viento que silba en las taperas
no sé si esto sea el estrago
la podredumbre
sé que cuando miro, algo sospechoso y sombrío
ingresa a la zona de mis huesos
como la verde mosca
que corrompe la pulpa de los potros
(del libro "Tabaco Mariposa")
los mensuales cruzaban, por la ruta,
cargando la carne dorada
de las perdices,
las adolescentes escribíamos, con trozos de velas,
mensajes pornográficos en los vidrios de la gruta
de santa rosa de lima
ahora manejo por la 36 y sólo se escucha
el frufrú de la soja
los aviones cargados de roundoup
que se desplazan con un sonido antiguo de dirigible
emanando una neblina tornasol que arrastra
el mismo viento que silba en las taperas
no sé si esto sea el estrago
la podredumbre
sé que cuando miro, algo sospechoso y sombrío
ingresa a la zona de mis huesos
como la verde mosca
que corrompe la pulpa de los potros
(del libro "Tabaco Mariposa")
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