Tiempo: Animales y memoria
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Poemas en serie
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Sobre la infancia: César Vargas, “Defensa del amor”
Yo
he visto las naranjas, / esas flores redondas / de fantástico peso, / colgando
de las ramas / del árbol de la infancia. // Mi padre custodiaba / desde antes
de la flor, / repasando el dorso de las hojas, / ahuyentando las hormigas. //
Los pulgones del trigo llegaron una tarde, / y las gordas naranjas / que
agobiaban el árbol / se cubrieron de insectos / diminutos y verdes, / mi padre
los miraba / impotente y sombrío. / Subí sobre sus hombros / con un plumero
suave / y limpié una por una / las frutas amarillas. // Era la defensa del
amor. / Mis ocho años combatían.
- Sobre la juventud: Roberto
Bolaño, “Los perros románticos”
En aquel tiempo yo tenía veinte años / y estaba loco. / Había perdido un país /
pero había ganado un sueño. / Y si tenía ese sueño / lo demás no importaba. /
Ni trabajar ni rezar / ni estudiar en la madrugada / junto a los perros
románticos (…) / Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen. / Estoy
aquí, dije, con los perros románticos / Y aquí me voy a quedar.
*
Sobre el pasado: Julio Cortázar, “Nocturno”
Tengo
esta noche las manos negras, el corazón sudado / como después de luchar hasta el olvido con
los ciempiés del humo. /
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco, /
no sé si me querían, y si esperaban verme. /
En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos, /
una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets. /
Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad, /
yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías (…)
* Sobre el tiempo - Juan José Saer,
“Octubre en Tostado”
Leopardos en la luna, y esas cosas / (un hueso, ramas,
una fotografía) /
que no pueden nombrarse: el tiempo las ignora. / Horas breves de días breves en
la corriente fugitiva (…) / Leopardos / en la luna, y cosas cuyo nombre /
deslumbra o mata: / el tiempo las destruye.
* Sobre el otro: Manuel
Bandeira, “El bicho”
Vi ayer un bicho / en la inmundicia del patio / buscando
comida entre los desperdicios. // Cuando encontraba algo, / no examinaba ni
olía: /
tragaba con voracidad. // El bicho no era un perro, / no era un gato, /
no era una rata. // El bicho, Dios mío, era un hombre.
* Sobre uno - Pablo Neruda, “Animal
de luz”
Soy en este sin fin sin soledad / un
animal de luz acorralado / por sus errores y por su follaje: / ancha es la
selva: aquí mis semejantes / pululan, retroceden o trafican, / mientras yo me
retiro acompañado / por la escoria que el tiempo determina: /
olas del mar, estrellas de la noche. // Es poco, es ancho, es escaso y es todo
(…).
A este bestiario lo habitan: “perros románticos”,
/ “el bicho”, / “ciempiés del humo”,
el “animal de luz”, / los “pulgones del trigo”. / En el
resguardo de los jardines o de las selvas / atisba el animal de los sueños de
juventud / y de la infancia, / de las anticipadas extrañezas. / Los versos son
jardines o son selvas. / Metáforas aguardan con garras; / a veces, con patitas
minúsculas; / otras, con aullidos. / Agazapada, / la memoria implacable, / que
a veces revela decepción y otras, nostalgia. / Parábola en que dialogan las
fieras. / Y los espectros.