Patricia Dagostino
ALETEOS INTIMOS (fragmento)
Noche cargada de susurros. Alguien se acerca, pero la negrura y la bruma me impiden ver sobre la espesura aterradora de la selva. Avanzo como puedo, con los labios resecos y temblorosos, camino cada vez más rápido, sosteniéndome de las ramas, me hundo en la tierra, tropiezo cada instante con la soledad y las sombras huidizas que me espantan. Los sonidos me aterran. Agudizo el oído tratando de escuchar lo inaudible; sin embargo, los rumores nocturnos palpitan en cada paso, en cada movimiento que hago, y tiemblo, tiemblo, tiemblo… Mi voz estremecida ya no suena. Quiero y no puedo gritar.
Los sonidos parecen más calmos, el silencio invade la noche, agitada, descanso sobre una roca. Mi cuerpo sobresaltado suda a borbotones, un calor se expande por mi cara, tiemblo de frío. Pienso que es mi última noche… Se me cierran los ojos, siento algo raro en el pecho, la respiración entrecortada, veo imágenes espeluznantes y tortuosas. Me paralizo de terror. Caigo al suelo, entre las hojas. El viento helado penetra por cada uno de mis poros. Escucho pasos… o no sé qué…
De pronto, el aleteo de un murciélago me rodea, gira y gira en círculos hasta que sus patas se posan a dos pasos de mí (detrás de mí), listo para atacar...
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