Éramos, tal vez,
sólo dos desamparados
hablando en la noche
hasta que vimos amanecer a través de las ramas del pino,
tras la ventana.
Su padre, que había sido fotógrafo
y a quien conocí durante la niñez,
se estaba
-me dijo-
quedando ciego.
A lo largo de esa noche interminable
tuve, muchas veces, unas ganas
feroces
de abrazarlo.
Y ahora recuerdo algunas de sus frases
que me siguen dando ganas de llorar
tantas ganas de llorar.
Yo también hablé, un poco, sobre mi padre
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Propuestas para el aula a partir de CUANDO SE VA EL VERANO (Novela para jóvenes) Cuando se va el verano - Textos reCreados en la ...
-
Lo que costó que me llamaran Micaela Beatriz Actis Me acuerdo bien de la mañana en que el campito empezó a desaparecer. Cómo no...
-
Animal de luz - Pablo Neruda Soy en este sin fin sin soledad un animal de luz acorralado por sus errores y por su follaje: ancha es la ...
Este poema es mío (alguien preguntó en el Taller)
ResponderEliminarBeatriz
maravilloso
Eliminar