lunes, 13 de septiembre de 2010
Maestros
En La Capital -Suplemento de Educación del último sábado, un recuerdo y fotos de infancia:
La Señorita Suchy, en los primeros años, dejaba su beso de aprobación en la mejilla y la marca del lápiz labial era un trofeo a ostentar en patios y galerías de la Escuela Nacional. Durante los años sucesivos de Manualidades, la señorita Teresita Zeballos (que había pedido traslado desde su Paraná natal a una escuela cercana a la estación Sunchales de Rosario y terminó, en cambio, en el Sunchales enclavado en la cuenca lechera) sonreía ante puntos cadena que crecían, desaforados, marcando la silueta deforme de frutas en las orillas del repasador. En séptimo grado, la Señorita María del Valle, atenta a mi incipiente vocación literaria (y al fracaso evidente del punto cadena), me prestó “La gloria de don Ramiro”, que leí sin chistar.
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Qué lindo recuerdo y cuánta nostalgia!!!!!
ResponderEliminarSí, la escuela es parte de la infancia y (hoy estoy con las citas!) dice Saer: Dondequiera que esté, el escritor escribe siempre desde ese lugar que lo impregna y que es el lugar de la infancia.
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