Bajo el laurel del patio
Daniel Rafalovich
Bajo el laurel del
patio
en la tarde calurosa
mirando los últimos
gorriones
que se posan en los
cables, las abejas que inspeccionan el malvón
y el árbol de
pomelo.
Mi perro, jadeante, echado a mis pies
agradecido por la leve brisa que permite
respirar
cuando baja el sol. Con
la pequeña selva enmarañada a mis espaldas.
Olvidado del mundo y de la gente, estoy.
Tratando de aprender o recordar viejas
lecciones.
Limpiando de polvo y telarañas oxidados
circuitos.
Un gato se acicala
sobre una vieja estructura de metal
herrumbrado.
Un rincón de silencio sólo para mí.
No puedo detenerme en lo poco o mucho que he
perdido
ni conjeturar sobre futuros
ni rutinas ni
bonanzas ni miserias.
Prefiero quedarme aquí mirando el extraño
color que toman las cosas
con la última luz de
la tarde.
Recordarme
y no ser olvidado.